Estás algo estresado? Y te volvés más agresivo? Cuando se está bajo mayor presión se suele perder efectividad a la hora de comunicar.
En esos casos, es importante trabajar en las habilidades de comunicación, es decir, prestar atención a la asertividad, la empatía y la escucha activa como pilares de una comunicación saludable.
Escuchar activamente implica prestar atención al que habla, no interrumpir, no juzgar, no presuponer y aceptar que opinen distinto a vos.
Sos asertivo cuando expresas lo que pensás en forma honesta, respetuosa, clara y directa. Defender tu postura sin agresiones o ataques, hace que el interlocutor no se sienta herido o rechazado y no reaccione de manera hostil.
Con empatía, te ponés en los zapatos del otro para comprender qué le sucede y lográs acuerdos sin mayores dificultades.
Como habitualmente se dice: hablando la gente se entiende!
¿Qué haces para mejorar tu comunicación?